Viernes Santo. Procesión del Silencio.

“Todo está cumplido”
Esa es la penúltima de las Septem Verba o las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, momento que se conmemora en el sermón de los Oficios del Viernes Santo por la tarde en la Colegiata, donde también tiene lugar la adoración de la Cruz del Santísimo Cristo de la Misericordia, que se descubre entre cánticos, ya que, anteriormente, ha permanecido cubierta por una tela roja.
Tras esto, la imagen sale del templo para recorrer, en el más estricto silencio, las calles de la Pequeña Compostela. Esta procesión representa el punto central del Viernes Santo: la muerte de Cristo, el momento en el que todo se queda en recogimiento. Por eso, el único sonido que se escucha es el de los zapatos en el suelo y el de las guinchas golpeando las andas.
La Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y del Silencio, cuyos miembros desfilan portando los medallones de la misma, es la encargada de la organización.