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Cada vez más personas con celiaquía recurren a la tecnología en busca de una solución a los problemas que les plantea la ingesta de gluten. En este escenario, las aplicaciones móviles se han convertido en una herramienta indispensable. Existen apps capaces de escanear el código de barras de cientos y miles de productos, que contienen un geolocalizador con los establecimientos que disponen de comida para celíacos, etc.
Este ha sido uno de los temas que se ha abordado en el seminario “Trastornos relacionados con el gluten y sus implicaciones clínicas y sociales” organizado por Dr. Schär Institute. Pero no el único.
La diferencia entre los diferentes trastornos relacionados con el gluten ha sido un tema sobre el que han hecho hincapié los expertos. El trastorno más conocido relacionado con el gluten es la enfermedad celíaca (EC) pero el gluten también puede afectar en otros desórdenes como el síndrome del intestino irritable (SII), la sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) o alergia al trigo. Estos trastornos alimentarios tienen algunos síntomas en común y dadas las sus implicaciones clínicas y sociales para las personas que los padecen hacen necesario un diagnostico precoz y diferenciado.
La diferenciación entre los diferentes trastornos es fundamental para un correcto diagnóstico y el tratamiento del paciente, que se establece a través de la dieta sin gluten. La EC es una intolerancia permanente al gluten, proteína que contienen algunos tipos de cereales, como el trigo, la cebada, la espelta, o el centeno, entre otros. Su origen es desconocido pero en su desarrollo contribuyen factores genéticos y factores ambientales. Provoca una inflamación crónica, en distintos grados, de la mucosa del intestino delgado y progresivamente una atrofia de las vellosidades intestinales. La EC presenta manifestaciones gastrointestinales y extraintestinales y en algunos casos puede ser asintomática. La prevalencia en España oscila entre 1/118 en la población infantil y 1/389 en la población adulta; es decir en términos generales la prevalencia es del 1% de la población. El único tratamiento posible es el seguimiento de una alimentación estricta sin gluten (incluyendo las trazas o cantidades ínfimas) durante toda la vida.