Рет қаралды 123,642
Entra en one.elmundo.es
Suscríbete a nuestro canal de youtube: bit.ly/1JHCOQ1
Síguenos en Facebook: / elfuturoesone
Síguenos en Twitter: / elfuturoesone
Es muy probable que Ned Ludd jamás existiera. Que se tratara simplemente de un personaje legendario o que este alias ocultara el nombre de otra persona. Pero por más ficticio que aparezca Ludd, sus acciones y el movimiento al que dio nombre (ludismo) fue muy real. Tanto que llegó a atemorizar a los grandes industriales ingleses del siglo XIX cuando sus partidarios comenzaron a destrozar las máquinas de innumerables fábricas textiles. Aquella rebelión que señalaba a la maquinaria como un enemigo que destruía empleo, finalizó en Gran Bretaña cuando intervino el ejército. Su huella y sus ideas, sin embargo, se expandieron por todo el mundo industrializado y renacen cada cierto tiempo. Es el miedo del hombre frente a la máquina.
Los luditas se equivocaron. El temor a ser reemplazado no ha tenido sustento en datos reales durante 200 años. Muy al contrario la tecnología ha ayudado desde la Primera Revolución Industrial a dignificar al hombre y a combatir la pobreza. Y si sabemos afrontar los nuevos tiempos, así seguirá siendo.
Pero en este siglo XXI cada vez más tecnificado, la pregunta ha vuelto a surgir: ¿cómo afectarán las máquinas inteligentes a nuestros puestos de trabajo? Según Andrew McAfee (autor de “La segunda era de las máquinas” junto a Erik Brynjolfsson) es probable que la tecnología deje sin empleo a millones de personas. Las máquinas ya no sólo realizan tareas repetitivas y rutinarias, sino que cada vez más son capaces de realizar cosas que antes se nos antojaban imposibles como conducir vehículos, diagnosticar enfermedades u ofrecer asesoría financiera.
El escenario, aunque pueda parecer lo contrario, invita al optimismo. Lejos de caer en el desánimo McAfee doctor en Economía por la universidad de Harvard e investigador en el MIT-, cree que la tecnología nos plantea un reto mayúsculo, quizá uno de los mayores que afrontará el ser humano en las próximas décadas: ser capaces de redistribuir la riqueza desvinculándola directamente de la mano de obra y aprender a ocupar nuestro tiempo. Según McAfee, la creatividad y el sentido común -cualidades intrínsecamente humanas de las que carecen las máquinas ofrecen nuevas posibilidades de empleo y deben, además, guiarnos para construir sociedades más saludables.
#elfuturoesone