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II Domingo de Adviento, Ciclo B.
“Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”
Mc. 1, 3
Cada año litúrgico es una oportunidad, personal y comunitaria de revisar nuestra apertura y disposición a generar cambios reales, pues el adviento es tiempo que invita a la conversión.
Seguidamente nuestra vida clama a gritos que necesita conversión, pero ahogamos ese clamor en el ruido que provocan las celebraciones de este mes.
Lo triste es cuando invertimos tiempo y dinero en organizar la fachada de la casa o de la cuadra, pero vemos que participamos de un cinismo o conformismo existencial, porque no impulsamos verdaderos procesos de transformación que enderecen nuestras vidas y estructuras sociales y eclesiales.
Una vez más viene la invitación a enderezan nuestros caminos y a preparar el sendero del Señor. está en nuestras decisiones si queremos darle un giro existencial y contenido a nuestra vida para vivir auténticamente.
Meditación por: Eduard Alberto Padilla Moncada, Pbro.
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