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(Is 45.9) “¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces? o tu obra: No tiene manos?”
Pasaje bíblico: Isaías 45.1-13
Pleitear es discutir con propósitos contenciosos o contradictorios. Y, según la Biblia, la naturaleza humana pecaminosa lleva a eso nada más y menos que con Dios. Así es el ser humano orgulloso y rebelde, empeñado en tener la razón sobre todas las cosas, y, si es necesario, discute hasta con el propio Dios. Esto parece surrealista, pero es cierto. Lo afirma la Biblia y lo hemos visto en nuestra experiencia cotidiana al compartir el mensaje de Dios sobre el pecado humano, sus consecuencias y su remedio. Cuando el pecador cree tener la razón sobre algo, hasta Dios se equivoca si afirma lo contrario. ¿Por qué si no fueron rechazados todos los profetas del Antiguo Testamento que anunciaban la palabra de Dios? ¿Por qué si no el Señor Jesucristo tuvo permanentes discusiones y conflictos con los religiosos de su época? El profeta Isaías habla de lo lamentable que es pleitear con Dios. Y es por eso que debemos preguntarnos...