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(Is 52.7) “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación...”
Pasaje bíblico: Isaías 52.1-10
Un mensajero en la antigüedad debía recorrer muchos kilómetros, muchas veces a pie, para entregar sus misivas. Esta ardua labor suponía un enorme esfuerzo cuyas consecuencias padecía el emisario en todo su cuerpo, especialmente en los pies, que después de una larga misión terminaban sucios e hinchados y, en no pocas ocasiones, también heridos por el roce del calzado o por los golpes recibidos de las piedras durante el trayecto. En definitiva, después de un servicio de mensajería los pies del mensajero acababan con un aspecto horrible. A pesar de lo anteriormente expresado, si la naturaleza del mensaje portado era positiva, por ser una buena nueva que mejoraba en algo o en mucho la vida de sus destinatarios, entonces los ojos con los que se veían los pies del mensajero eran otros: ¡Sus pies se veían muy hermosos! Esto era una forma poética de decir que el enorme esfuerzo había valido la pena. Isaías habla de los mensajeros de la salvación y dice que sus pies son hermosos. Y es que...