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Hasta la construcción del nuevo penal, los condenados iban a la Ciutadella o al castillo de Montjuïc, pero desde 1868 se empleó como prisión el antiguo convento de la Reina Amalia (hoy plaza Folch i Torres) que será cárcel de mujeres hasta 1936.
Las obras de la nueva cárcel empezaron 1888 en 3 hectáreas a las afueras de la ciudad. Su primera piedra se colocó (3/6/1888) coincidiendo con la Exposición Universal. La compra de las tierras y la construcción del complejo costaron tres millones de pesetas a la Diputación y el Ayuntamiento.
La “Prisión Celular”, como se la conoció en sus primeros años, pretendía ser más que un simple centro de internamiento, un centro de reinserción.
Del proyecto se encargaron Salvador Viñals y Josep Domènec i Estapà que viajaron por Europa para “inspirarse” tomando nota de nuevos modelos penitenciarios, sobre todo de Bruselas y la Lorena. Construyeron un edificio racionalista radial con un cuerpo central coronado por una cúpula en el que convergían 6 naves, es decir, tenía la forma de una estrella de mar.
En el centro se situaba la vigilancia del centro de modo que desde ese punto se controlaba todo...o casi todo, la cuestión es que el preso se sintiese siempre vigilado.
Tenía edificios anexos donde se situaron las cocinas, comedores, almacenes, talleres, el economato, la enfermería, un geriátrico, la capilla, el gimnasio, el teatro y la zona destinada a la administración de la prisión. También disponía de patios y un jardín… Durante un tiempo se le llamó Hotel Entença.
Se abrió a la población reclusa en 1904. El garrote vil se estrenó aquí por primera vez en 1908 cuando el verdugo Nicomedes Méndez ajustició a Joan Rull, un confidente de la policía que para ganarse la confianza de la bofia, se dedicaba a poner bombas por Barcelona. Si la policía le pagaba… la bomba no explotaba…
Durante las revueltas de la Setmana Tràgica” (1909) fue encarcelado uno de los líderes, pedagogo y fundador de la Escuela Moderna, Francesc Ferrer i Guàrdia que fue condenado y encarcelado en el penal hasta su fusilamiento en el castillo de Montjuïc.
Entre 1917 y 1922 durante la llamada época del pistolerismo, se enfrentaron los sectores más violentos del anarcosindicalismo y los escuadrones de pistoleros pagados por los empresarios, respaldados por el estado.
Tras el nombramiento (1920) como gobernador civil de Barcelona del general Martínez Anido, se desató una fuerte resistencia que acabó con cientos de encarcelados sin haber sido juzgados, entre ellos se internó al dirigente de la CNT, Salvador Seguí, más conocido como el “Noi del Sucre…
También durante la Segunda República estuvo preso, Lluis Companys y su gobierno por proclamar (1934) “L´Estat Català dentro de la República Federal Española”. La victoria ajustada del partido progresista de Alcalá Zamora indultó a 30.000 presos políticos, entre ellos a Companys y los miembros de su gobierno.
El 18 de julio de 1936 la prisión contaba con 851 internos, la mayoría presos detenidos por delitos comunes. Aquella tarde las milicias anarquistas liberaron a todos.
Durante la guerra personas de derechas, militares y sacerdotes pasaron a ser huéspedes del penal, algunos se sentían más seguros dentro que fuera...
Tras la guerra civil se internaron también a delincuentes comunes y presos políticos cuadriplicando la población reclusa. eran ya 13000 los nuevos “inquilinos” de la cárcel.
En los cincuenta también llegaron un grupo de reclusas tras el cierre de la antigua prisión de mujeres de Les Corts. El perfil de los presos abarcaba desde los disidentes políticos a los homosexuales y con los años llegaron los presos por fraudes financieros y mafiosos.
En 1950 Helios Gómez, un flamenco anarquista que había fundado el grupo Liberación Nacional Republicana pintó para el penal la “capilla gitana” donde representó a Santa Eulalia con niño acompañada de un coro de ángeles gitanos y unos presos pidiendo perdón.
Salvador Puig Antic era miembro del Movimiento Ibérico de Liberación. Fue el último ajusticiado a garrote vil.
“Dieguito el Malo”, hermanastro del “Vaquilla” y un grupo de internos, como si se tratase de una película, excavaron un túnel (1978) y escaparon por las alcantarillas.
El propio Juan José Moreno Cuenca “El Vaquilla”, estrella del cine quinqui organizó un motín (1984). Durante siete horas los presos mantuvieron retenidos a varios funcionarios, lo que les permitió negociar con las autoridades una serie de reivindicaciones. Entre ellas, la exigencia de que les fuera suministrada heroína.
La Generalidad de Cataluña obtuvo la competencia en prisiones (1987) y anunció el cierre de la prisión.
El 8 de junio de 2017 salieron de la Modelo los últimos presos.