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En este video se demuestra la diferencia de voltaje que se puede obtener utilizando una membrana seca sometida a recarga. Finalmente, al incrementar el voltaje y añadir una lámina de aluminio como colector sobre la tinta, se logró encender un LED.
Las membranas de papel permiten la inclusión de diversos elementos o sustancias, lo que las hace versátiles para aplicaciones técnicas. Por ejemplo, una capa de grafito aplicada sobre una hoja de papel es única, pero esto cambia cuando se utilizan ciertos aglutinantes o pegamentos. Como aglutinantes, se pueden emplear tinta china/india, clara de huevo, maicena, harina, gelatina sin sabor, goma arábiga, xantana, entre otros. Si alguna de estas sustancias presenta hongos, se puede agregar clavo de olor, enjuague bucal o alguna sal para evitarlo, dependiendo del medio (sólido, semisólido o líquido) que determinará su propensión a la proliferación de hongos. Es importante evitar el uso de sal de mesa (sodio) y, en el caso de otras sales, verificar previamente que no afecten al metal que servirá de electrodo o colector.
Para evitar interferencias con la tinta, es ideal dejar un margen/marco sobre los extremos de la hoja y pintar preferentemente de un solo lado. Con la experiencia, se puede intentar pintar la otra cara con carbón activado, aunque no siempre resulta adecuado debido a la diferencia entre metales y no metales, así como al comportamiento en cada medio (sólido, semisólido o líquido).
En algunos casos, se muestra una varilla de grafito como colector de polaridad negativa. Aunque el grafito tiene excelente conductividad eléctrica, lo ideal sería usar una varilla de aluminio o magnesio para este fin, dejando el grafito para el colector de polaridad positiva. Si bien el grafito funciona, en ciertos casos particulares puede no ser lo más adecuado ya que puede afectar la fluidez de la energía.
Una membrana de papel pintada con grafito exfoliado, detergente, agua del grifo y tinta china/india, y con un posterior aporte de talco de magnesio, puede incrementar la energía entre los electrodos de zinc y magnesio (pureza del 100%). Dependiendo del material empleado en la membrana, ésta puede comportarse como un semiconductor.
La mezcla de tinta puede incluir talco de un determinado metal, manganeso, grafito, carbón, entre otras combinaciones que pueden funcionar en ciertos medios (sólido, semisólido o líquido), aunque difícilmente en todos. Por ello, nada se descarta y todo se recicla; una mezcla que no funcione bien con un metal puede funcionar con otro, o quizás en otro medio.
Es recomendable comenzar con pequeñas cantidades de material, trabajando en áreas de 10 mm cuadrados y realizando pruebas. Si los resultados son prometedores, se puede incrementar la escala. No olvidar etiquetar la fecha, los materiales, el tipo de agua, el voltaje inicial (inundado, húmedo o seco), y detalles de la recarga (tiempo de carga/descarga).
Un hallazgo positivo requiere la replicación del mismo proceso para obtener resultados consistentes. Es crucial mencionar si se usó agua del grifo (poseen diferentes PH y minerales), agua de mar (con características únicas según la zona del océano) o agua destilada (uniforme para todos). También se deben especificar los porcentajes de ácidos y sales utilizados, entre otros.
Preferentemente, es importante informar los avances y realizar pruebas continuas. A veces, un resultado prometedor puede funcionar solo por un tiempo limitado, mientras que otro que casi se descarta puede presentar cristales interesantes una vez que el agua se evapora o se seca.
Las celdas inundadas admiten bajo voltaje de recarga, a diferencia de las celdas secas. No todas las reacciones electroquímicas en una celda permiten recarga, y aquellas que sí lo hacen, pueden estar condicionadas por un bajo voltaje y/o amperaje para no dañar el químico o la membrana.