Las vidas que tomé prestadas, sí que enganchan desde el primer momento que los leí. Así mismo porque está escrita con palabras sencillas y el contexto también es muy de uno. Uno se identifica y lo revive en este cuento. La verdad yo lloré porque me trasladé hasta unos años atrás, cuando mi padre falleció. Yo no pude estar junto a él, más aún me cuestionaba porque me dije le voy a ver y nunca lo hice, hasta que se me fue..