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Establece la diferencia entre el reflujo fisiológico del patológico, para enfocar especial orientación al familiar que proporciona la alimentación, para considerar la cantidad a ofrecer en cada toma, de acuerdo a la succión eficiente que manifieste el bebé y, la frecuencia conveniente para evitar el exceso de volumen gástrico, que pueda asociar el reflujo fisiológico y confundirlo en forma asociada con el patológico. Se describen los datos de la enfermedad por reflujo, para que ante la sospecha, se acuda a evaluación médica inmediata, para su tratamiento correspondiente y orientación adicional.