La "energía" que carga el lugar no es más que nostalgia. Sobre todo para mí, que trabajé cinco años (1998-2002) como vigilante de esas ruinas, cuando todavía quedaban algunas cosas por resguardar (inmobiliario, maquinaria, herramientas, entre otros). Recorría la planta día y noche, iba hasta la zona de explotación y estanque (lo último que se muestra en el video), y bajaba hasta la iglesia y las casas de inginieros. Incluso, llegué a esconder un colchón en una casa de esas para dormir a mis anchas. Jamás viví ninguna experiencia paranormal, aparte de algún mal sueño. Durante ese tiempo también tuve turnos en Santa Rosa y La Esperanza (otras plantas en situación parecida), y todo lo que puedo decir al respecto es que cuando tienes que pasar allí doce horas cada día puedes llegar a sentirte en algún momento el ser más solitario en el mundo, algo así como el último hombre en la tierra. Gracias por compartir el video.