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XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A.
Solemnidad Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
“cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron”
Mt. 25, 40
Jesús buscó siempre el camino de los humildes y marginados y no se identificó con el poder para mandar sino para servir. No vino a instaurar un reino como los de este mundo que son basados en la superioridad y en el poder, sino un reino basado en la solidaridad y la misericordia.
Jesús nos enseña que la propia vida ha de reflejar la intensidad del auténtico proyecto de Dios. Un proyecto de entrega total, un proyecto que llega hasta las últimas consecuencias. Por tanto, es tiempo de comprometernos con el reino de Dios, a ejemplo de Jesús, sin buscar honores, privilegios o reconocimiento.
Porque el Reino de Justicia no se alcanza observando normas y leyes, sino ayudando a los necesitados. Por ello, quien olvida a los pequeños se olvida del Dios de Jesús y de su causa.
Meditación por: Eduard Alberto Padilla Moncada, Pbro.
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