Va en caída libre esa fiesta. Nada que ver del espíritu familiar que se vivía en los adultos y en los chicos en los '80 y '90. Ahora, el locutor que contratan le da una onda "bolichesca" con la música que ponen (descolgada); no le llega a los talones a Kaltembach. Los que no van o no conocen, no importa, no se pierden nada.