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El arroz blanco es un plato sencillo, delicioso y versátil que puede acompañar cualquier comida. Con solo unos pocos ingredientes, puedes obtener un arroz suave, esponjoso y perfectamente cocido.
Para prepararlo, basta con cocinarlo en agua con un toque de sal y un poco de aceite o mantequilla para darle un sabor suave y delicado. En unos 20 minutos, tendrás un arroz blanco perfecto, ideal para acompañar carnes, pescados o ensaladas, o incluso para preparar platos más elaborados como guisos y arroces caldosos. Es una receta fácil de hacer, económica y siempre deliciosa.