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R.E.M. echa el cierre. Después de 31 años de actividad, éxitos, giras multitudinarias y de la creación de auténticos himnos como 'Losing my religion' , 'Low' o 'Shiny Happy People', la banda americana liderada por Michael Stipe dice adiós a sus seguidores.
A través de un post en la cuenta personal de Stipe en Twitter, el grupo pone punto y final a una carrera brillante con catorce discos e incontables recopilatorios y directos en su haber. "Un hombre sabio dijo: la gran habilidad para ir a una fiesta es saber cuándo es el momento de irse", decía Stype en el comunicado.
R.E.M. consiguió el éxito mundial en 1988 con su quinto disco 'Document', con el que alcanzó un millón de copias vendidas. A partir de ahí todo fue un suma y sigue de hits, estadios llenos y reconocimiento, pero fue en 1991 con el multimillonario contrato de la Warner y el lanzamiento de 'Out of time' con el que se convirtieron en una banda legendaria y un referente en la música pop de las últimas tres décadas.
Los componentes de R.E.M. ueron un modelo a seguir para bandas posteriores como Sonic Youth, Radiohead y Nirvana. De hecho, Kurt Cobain se asombraba al ver cómo la fama no afectaba en absoluto al líder de la banda, que se mantenía con los pies en la tierra todo el tiempo.
El motivo de la separación de R.E.M., lejos de la polémica o controversia es sencillo: ya no saben qué hacer y se sienten sin fuerzas para seguir con el proyecto. Mike Mills, bajista de la banda declaraba que "es el momento de hacerlo". El grupo también tuvo palabras de agradecimiento hacia amigos y fans con los que despedían su carrera: "Como R.E.M. y como amigos de toda la vida, hemos decidido dejar de funcionar como banda. Nos vamos con una gran sensación de gratitud, de finalidad, y de asombro por todo lo que hemos logrado. Para cualquiera que alguna vez se sintió tocado por nuestra música, nuestro más profundo agradecimiento por escucharnos".
El último disco de R.E.M., 'Colapse Into Now', con cuyo título la banda nos daba una pista de su estado de agotamiento musical, queda como el broche que pone punto y final a su larga trayectoria.