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Hace unos 30 años, los modelos que más se vendían en España eran coches como el Citroën ZX, el VW Golf de tercera generación, el Opel Astra, el Fiat Tipo, el Ford Escort, el Peugeot 306 o el Renault 19.
Si si haces la media entre la longitud de todos ellos, o entre el más grande y el más pequeño, la cifra era de un poco más de cuatro metros.. Si nos fijamos en la parte mecánica, lo normal por aquel entonces era que tuviesen motores de gasolina de entre 1.4 y 1.8 litros de cubicaje, con potencias de entre 75 y 100 CV, que eran los más demandados.
La cuestión es que aquellos vehículos, con esos tamaños y aquellas potencias, en sus versiones de equipamiento más completo, rondaban entre los 10 y los 12.000 euros. Y bastaba, en la mayor parte de los hogares, con disponer de un modelo de este tipo para tener un coche que sirviera para todo: era lo que se denominaba un ‘polivalente’.
A día de hoy, hemos querido comprobar qué puede dar de sí un modelo que tiene características similares en cuanto a tamaño y potencia que aquellos compactos de antaño… pero también ver qué enormes diferencias hay entre un coche de hace 30 años y uno del presente. ¿Cómo? Con la ayuda de un producto made in Spain, el VW Polo de quinta generación y en su versión actualizada, que llegó en 2022. Concretamente, el representante es la versión 1.0 TSI 95 CV R-line
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Guión: HackerCar
Edición: Mario Pello
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