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Que gratas fueron estas dos jornadas que nos las tomamos como puro divertimento dándonos unas zambullidas con aletas y tubo de snorkel ya que nos avisaron de que había un numero bastante grande de delfines, pues al agua que voy y acertaron de pleno, que felicidad nadar al lado de estos animales e interactúen contigo en sus juegos, es muy adictivo y como para no.
Otra mañana nos acercamos a una zona de costa en la que se daban las condiciones para poder ver a los Dugongos (vaca marina) que es como un Manatí, con la diferencia de tener la cola en forma de aleta y el Manatí como una pala. Y después de nadar y nadar y nadar afortunadamente encontramos uno, a unos 8m de profundidad y a pulmón resulto ya bastante costoso el esfuerzo de tanta apnea y la quemada del nado, pero fue realmente gratificante el avistar este animal tan grande y a la vez tan extraño y tan difícil de ver en su propio hábitat pastando, como cualquier Tudanca de la tierruca. Maravillosa experiencia.