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Madrid, 22 jul (efesalud.com). La doctora Pilar Martín Vaquero, de la Clínica d-médical, nos explica en este vídeoblog, de forma sencilla, en qué consiste la prueba de la hemoglobina glicosilada, análisis de la sangre que llevan a cabo los diabéticos de forma periódica para conocer si el control de su enfermedad ha sido "bueno o malo" durante los dos meses y medio inmediatamente anteriores al examen médico.
"Todas las proteínas del organismo se glicosilan, es decir, las moléculas de glucosa se pegan a su estructura en función del nivel de glucemia que hay en la sangre. Y como los diabéticos tienen la glucemia alta, más de lo normal, tienen una glicosilación mayor que las personas que no padecen diabetes", dice la endocrinóloga.
Por tanto -continúa-, "la hemoglobina glicosilada (que también se denomina glucosilada) no es más que el número de moléculas de glucosa pegadas a la estructura de los glóbulos rojos, de la hemoglobina; una proteína".
Y como la vida media de los glóbulos rojos se aproxima a los tres meses, y se tienen estandarizados los valores de la H.G., "los médicos podemos conocer la media de glucemia que ha tenido el paciente durante los dos meses y medio anteriores al análisis", determina.
Las pruebas, que también se llaman HbA1 y Hba1c en función de la seguridad de los datos registrados por las variaciones en los niveles de glucemia, fijan los valores medios de la glucosa pegada a la hemoglobina.
Si el valor resultante es un 8%, y sobre todo índices superiores, como 9% o 10%, "las personas que padecen diabetes, normalmente mellitus tipo 2, durante cierto número de años, soportarán complicaciones de carácter leve o grave en sus tejidos y organismos", apunta.
Si el valor es menor de 7% se reduce el riesgo de las complicaciones derivadas de la diabetes: enfermedades los ojos, en los pies, en los riñones o en el sistema cardiovascular.
Una persona que no es diabética registrará valores inferiores a 5,7% de hemoglobina glicosilada.
Para la doctora Pilar Martín Vaquero es fundamental controlar la diabetes, la epidemia del siglo XXI, no solo por los costes económicos en las arcas públicas y privadas, sino porque es el origen de muchas enfermedades evitables en nuestra sociedad.
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