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A los 20 años José Juarroz decidió cambiar oficina por cocina y así dejó de estudiar Administración de Empresas para empezar una carrera gastronómica.
Se recibió y viajó a Europa para ganar experiencia. Tanto lo buscó que formó parte del restaurante de Martín Beresategui en País Vasco, premiado con tres estrellas Michelin.
Luego volvió a Buenos Aires y se sumó a Chancho Chico, donde aprendió a depostar cerdo, y ese dato es clave porque con esa sabiduría en pandemia armó su propio emprendimiento, primero para abastecer de chacinados y embutidos a los mejores restaurants y después para vender directo al público sus creaciones desde su cocina en La Paternal.
Entre ellas, la porchetta es su plato emblema y por eso lo visitamos para ver paso a paso cómo la elabora, para terminar en un sándwich inolvidable que es el elegido de cocineros e influencers.